Para garantizar que las iniciativas de capacitación están dando resultados tangibles y contribuyan al cumplimiento de los objetivos empresariales, es fundamental medir su efectividad a través de indicadores clave de rendimiento (KPIs). Conoce los más importantes y cómo contribuyen a las empresas.
"Lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre". La frase del físico y matemático británico William Thomson Kelvin (Lord Kelvin) destaca la importancia fundamental de la medición a través de los indicadores clave de rendimiento (KPIs) en el proceso de mejora continua.
Esta premisa es especialmente relevante en el ámbito de la capacitación empresarial, donde la inversión en el desarrollo del talento y la adopción de nuevas habilidades se convierten en un pilar para el crecimiento y la competitividad de las organizaciones.
En la era de la información y el conocimiento, las empresas enfrentan el desafío constante de mantenerse actualizadas y relevantes. La capacitación y el desarrollo del talento humano son estrategias clave para lograrlo. Sin embargo, no basta solo con implementar programas de formación: es crucial medir su efectividad para asegurar que generen el máximo retorno posible.
Los KPIs son herramientas fundamentales para evaluar el rendimiento y el impacto de las actividades de capacitación empresarial. Al medir los resultados, las organizaciones pueden identificar áreas de mejora, optimizar sus estrategias de capacitación y garantizar un retorno de inversión positivo.
Esto no solo mejora las competencias del personal, sino que también contribuye a los objetivos globales de la empresa. Con la correcta medición de los KPIs se puede obtener datos concretos que respaldan la toma de decisiones informadas y justifican la inversión en capacitación y aprendizaje.
Entre los beneficios claves de medir los resultados de la capacitación son:
Medir los KPIs permite a las empresas entender qué programas de capacitación ofrecen el mejor retorno de inversión (ROI). Esto ayuda a redistribuir el presupuesto hacia métodos y contenidos más efectivos. Frente a la variedad de soluciones, programas y metodologías de aprendizaje, las compañías podrán asegurarse de que los recursos se utilicen de manera óptima.
Al conocer los resultados mediante los KPIs, las empresas pueden guiar mejor o redirigir las iniciativas de capacitación por el camino de los objetivos estratégicos planteados. Las compañías que midan la efectividad de la capacitación en términos de contribución a metas específicas de la empresa -como aumento de ventas, mejora en la satisfacción del cliente o eficiencia operativa- pueden asegurarse de que cada esfuerzo de formación esté directamente vinculado al éxito empresarial.
Si hay evaluación continua, hay mejora continua. La medición de los resultados mediante KPIs permite a las empresas detectar tendencias, ‘lagunas’ en habilidades y áreas de mejora entre sus empleados. Esta información es invaluable para la planificación de futuras estrategias o metodologías de formación, permitiendo a las organizaciones adaptar sus programas a las necesidades reales y emergentes de su fuerza laboral y del mercado.
Cuanto mejor estén adaptados los contenidos y métodos de capacitación con los equipos, mejor será su rendimiento. Al correlacionar los resultados obtenidos de los KPIs de capacitación con las métricas de rendimiento laboral, las organizaciones pueden observar con claridad la relación directa entre la formación recibida y las mejoras en la productividad, la eficiencia y la calidad del trabajo.
Y llegó el momento de conocer los índices más comunes y claves que permitirán a las empresas ver en detalle el éxito de su capacitación. Entre ellos se encuentran:
Este KPI mide el porcentaje de empleados que dicen presente en el programa de capacitación en comparación con el número total de empleados ‘elegibles’ para participar. Una alta tasa de participación indica un interés y compromiso significativos por parte de los empleados en el desarrollo profesional.
Un punto clave en esta métrica es que ayuda a evaluar -además- qué tan eficientes fueron la comunicación de la empresa a la hora de compartir y dar a conocer sobre los programas de formación. Por otro lado, ayuda a verificar si las formaciones que se ofrecieron están alineadas con las necesidades y demandas de las distintas áreas y profesionales.
Indica el porcentaje de empleados que completan satisfactoriamente el programa de capacitación y alcanzaron los objetivos establecidos. Cuanto mayor es la tasa, mejores y más efectivos o atractivos fueron los contenidos y formatos elegidos para el programa de capacitación. Una tasa baja puede significar posibles problemas en la accesibilidad o la relevancia de la capacitación que se está ofreciendo.
La posibilidad de medir este resultado incentiva a las empresas a buscar alternativas y desarrollar nuevos formatos si es que la tasa de finalización varía significativamente entre las distintas áreas o equipos.
Esta es una de las tasas más observadas por las compañías. Se refiere al valor generado por la capacitación en relación con los costos involucrados en su implementación. Para obtener un porcentaje, se calcula dividiendo el beneficio neto obtenido de la capacitación entre el costo total de la misma, y multiplicando el resultado por 100.
Un ROI positivo indica que la capacitación está generando un valor económico significativo para la empresa en comparación con los recursos invertidos. Para los planes de aprendizaje corporativo, funciona de manera similar, siendo que la diferencia está en cómo se mide el factor ‘Beneficio’, que dependerá del tipo de entrenamiento y los beneficios obtenidos.
Este KPI evalúa la percepción de los empleados sobre la calidad, la utilidad y la relevancia de la capacitación. Se puede medir a través de encuestas o entrevistas de satisfacción al finalizar el programa. Una alta puntuación en este KPI indica que la capacitación cumplió con las expectativas de los empleados y les proporcionó valor.
Esto puede significar una gran noticia para el bienestar y rendimiento de sus equipos que se verán motivados y -sobre todo- valorados por el incentivo de su empleador que busca su crecimiento profesional y personal.
Este KPI mide la capacidad de los colaboradores para aplicar los conocimientos y habilidades adquiridos durante la capacitación en su desempeño laboral diario. Se puede evaluar mediante la observación en el lugar de trabajo, revisiones de desempeño o retroalimentación de los supervisores.
La aplicación práctica de habilidades es una evaluación del desempeño real en el día a día laboral de las personas de la empresa. Una alta tasa de aplicación indica que la capacitación está teniendo un impacto directo en la productividad y la eficiencia laboral.
Indica el efecto de la capacitación en la retención y la satisfacción laboral de los empleados. Se puede medir mediante la comparación de tasas de rotación de personal antes y después de la implementación del programa de capacitación.
Una reducción en la rotación de empleados sugiere que la capacitación está fortaleciendo el compromiso y la lealtad de los empleados hacia la empresa ya que deciden quedarse y crecer profesionalmente allí.
Un estudio de LinkedIn reveló que el 94% de los empleados seguiría en una empresa si esta invirtiera en su desarrollo profesional. Es decir, la oportunidad de aprender y desarrollar nuevas habilidades es uno de los principales factores que influyen en las decisiones de los empleados sobre si permanecer o no en una empresa.
Este indicador evalúa cómo la capacitación contribuye al logro de los objetivos empresariales establecidos. Puede medirse mediante la alineación de los resultados de la capacitación con los KPIs de la empresa a nivel estratégico como el aumento en las ventas, la mejora en la satisfacción del cliente o la reducción de costos operativos.
Esta se refiere a la medida en que los empleados adquieren nuevos conocimientos y habilidades durante el programa de capacitación. Puede evaluarse mediante pruebas o evaluaciones antes y después de la formación.
Con esta métrica se puede observar el progreso de una persona en un determinado programa de capacitación. Esto se puede ver reflejado en su capacidad de producción, reducción en los tiempos de respuesta o mejora en la calidad del trabajo.
Un aumento significativo en el conocimiento indicará así la efectividad del programa para transmitir información relevante y útil.
La tasa de promoción de empleados es una métrica que mide la frecuencia con la que los colaboradores son ascendidos dentro de la compañía durante un período de tiempo específico.
Este indicador es crucial porque refleja el impacto de los programas de capacitación en el desarrollo profesional y la progresión de carrera de los colaboradores. Una tasa de promoción alta sugiere que los programas de capacitación están preparando adecuadamente a los empleados para asumir roles más avanzados y desafiantes dentro de la organización.
Además, una tasa de promoción saludable puede indicar un compromiso organizacional sólido y una cultura que valora y recompensa el crecimiento y el desarrollo de los empleados.
Se trata de la métrica que se utiliza para evaluar la satisfacción y la percepción de los empleados sobre los programas de capacitación en una empresa. Se basa en una simple pregunta: "¿Qué tan probable es que recomiende esta capacitación a un colega o amigo?".
Las respuestas se puntúan en una escala de 0 a 10, donde los puntajes de 9 a 10 se consideran "Promotores", aquellos que son leales y entusiastas acerca de la capacitación; los puntajes de 7 a 8 se consideran "Pasivos", satisfechos, pero no lo suficientemente entusiasmados como para ser considerados promotores; y los puntajes de 0 a 6 son "Detractores", insatisfechos y potencialmente perjudiciales para la reputación del programa de capacitación mediante comentarios negativos.
Así como la NPS mide la disposición de los empleados a recomendar la capacitación a colegas. Un NPS alto indica una percepción positiva de la capacitación, lo que puede correlacionarse con una mayor efectividad.
Al centrarse en estos 10 KPIs clave (e incluso otros más), las empresas pueden evaluar de manera efectiva el impacto de sus programas de capacitación empresarial y tomar medidas para mejorar continuamente su efectividad y relevancia.
La colaboración con empresas especializadas en capacitación facilita este proceso al proporcionar experiencia y recursos para medir y evaluar los resultados de manera precisa y significativa. En Intelego ayudamos a las empresas a no solo crear sus programas a medidas para formar a sus equipos sino también a ayudarlos a medir sus KPIs para mejorar y fortalecer sus capacitaciones.
Porque como dice Lord Kelvin: "Lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar”.