La capacitación tecnológica se volvió un aspecto crucial para las empresas que buscan incorporar nuevas herramientas digitales y marcar un diferencial en el mercado. En el artículo, algunas claves para lograrlo.
Desde comienzos de los 2000 que el mundo experimenta una revolución digital que transforma la manera de relacionarse con el entorno a través de nuevas tecnologías. Estas herramientas no solo impactan en la vida privada sino también en el ámbito laboral.
En los últimos años, la capacitación tecnológica se volvió tan importante para las empresas, como los cursos de formación sobre contenidos o aspectos relacionados con el día a día del colaborador. Hoy, estar al tanto de las últimas tendencias, permite mayor flexibilidad y adaptabilidad a los cambios digitales.
Es por eso que las compañías deben saber de qué manera preparar al equipo para utilizar novedosas herramientas como inteligencia artificial o realidad virtual y aumentada en sus espacios de trabajo. A continuación, algunas claves para lograrlo.
En la actualidad hay decenas de tecnologías nuevas disponibles para ser utilizadas en el ámbito laboral. Es por eso que el primer paso es identificar las habilidades tecnológicas que necesita el equipo para mantener la competitividad en el mercado. Esto implica realizar una evaluación de las herramientas digitales que los colaboradores usan y las que deberían sumar en el futuro.
Este punto apunta a identificar una brecha en cuanto a las habilidades tecnológicas, para diseñar una capacitación más precisa que aborde todos los puntos centrales de las próximas herramientas a utilizar.
Dicho objetivo puede alcanzarse mediante una auditoría tecnológica para determinar qué sistemas están en uso, su nivel de adopción y si cumplen con las necesidades operativas actuales. Por otro lado, realizar una investigación sobre las innovaciones que se abren paso en el mercado es clave para comprender a la competencia y marcar un diferencial en el entorno laboral.
Hoy, gran parte de los cambios a nivel digital se dan en áreas de Inteligencia Artificial aplicada al uso y análisis de datos, automatización de procesos, software colaborativos en la nube e implementación de chatbots. Que los equipos puedan conocer y aplicar estas tecnologías no solo mejorará el flujo de trabajo, sino que también brindará mayor flexibilidad y adaptabilidad a los cambios a cada colaborador.
Una vez identificadas las habilidades tecnológicas se debe planificar una formación personalizada que apunte a mejorar. La clave es adoptar programas continuos que no solo tengan su base en una capacitación tecnológica, sino que también promuevan la flexibilidad en este contexto fluctuante. Estos cursos pueden incluir tutoriales interactivos y, según el presupuesto, simulaciones con realidad virtual o aumentada para aportar una experiencia más inmersiva y práctica a los talentos.
¿Por qué hablamos de flexibilidad? Como empresa, hay que considerar que hay colaboradores que se desempeñan mejor en capacitaciones de tipo presencial y teórico, mientras que otros optan por el aprendizaje en línea, grupal o incluso autoguiado. Así, adaptar cada formación a los equipos de trabajo traerá resultados más favorables.
Plataformas de e-learning, seminarios virtuales y cursos on-demand permiten adaptar el aprendizaje al tiempo y la disposición de cada miembro de la compañía. La capacitación tecnológica supone además considerar la edad de quien vaya a tomar el curso: no es lo mismo enseñarle a un joven de 20 años que a un adulto mayor sobre las herramientas digitales.
Otro aspecto central es tener en cuenta el cambio cultural: cualquier revolución, incluida la tecnológica, puede oponer resistencia. Es importante que los talentos no solo aprendan a usar la nueva tecnología, sino que también adopten una mentalidad abierta a los cambios laborales para implementarla en el día a día.
Los líderes de cada equipo deben fomentar la cultura de la innovación y destacar los beneficios de las nuevas herramientas, a partir de la creación de un entorno donde los errores se destaquen como algo natural del proceso de aprendizaje.
Por último, para que una capacitación tecnológica sea exitosa es vital contar con un sistema de evaluación, seguimiento y feedback. Esto puede incluir charlas mano a mano con los colaboradores, pruebas prácticas sobre las herramientas o formularios anónimos para comprender qué piensa cada miembro del equipo.
Preparar a los talentos para el cambio digital no es solo una cuestión de enseñar herramientas en una capacitación tecnológica. El cambio se da mediante la cultura del aprendizaje continuo, una mente abierta a las modificaciones laborales y la flexibilidad.
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