En plena era digital, las capacitaciones se adaptaron al flujo de trabajo de la compañía. Así surgió el ‘microlearning’, una metodología que permite a los colaboradores formarse académicamente con objetivos claros y en poco tiempo.
Está comprobado que la capacidad de atención disminuyó considerablemente en los últimos años. El avance de nuevas tecnologías y la multiplicidad de pantallas colaboraron para que las personas tengan menos concentración ante la diversidad de estímulos presentes. Frente a esta problemática, nacen nuevos modelos de capacitación como el microlearning que buscan contrarrestar esta nueva preocupación.
Gloria Mark, doctora en informática de la Universidad de California, explica en su libro “Lapso de atención: una forma innovadora de restaurar el equilibrio, la felicidad y la productividad” que la concentración menguó notablemente.
“En 2004, medimos la atención promedio en una pantalla en dos minutos y medio. Algunos años después descubrimos que la capacidad de atención era de unos 75 segundos. Ahora las personas solo pueden prestar atención a una pantalla durante un promedio de 47 segundos”, amplió la autora en diálogo con la CNN.
Esto también derivó en consecuencias visibles para el ámbito empresarial: con menos tiempo de atención y el aumento del trabajo remoto, los colaboradores requieren de un entorno que los incentive a ser productivos. La problemática se traslada a las capacitaciones y formaciones que dictan las compañías, que no deben interrumpir el flujo de trabajo habitual.
En este contexto surge el concepto de microlearning, una metodología que se centra en ofrecer contenidos educativos en “pequeñas dosis”. Si bien no hay un tiempo definido, las lecciones suelen durar de 3 a 15 minutos y son los propios empleados los que manejan el modo de aprendizaje.
El microlearning es una metodología que se basa en fragmentar el contenido en segmentos breves y enfocados en un determinado objetivo. En el ámbito de las capacitaciones de una organización, el empleado dedica el tiempo que puede y evita interrumpir el flujo de productividad.
La académica Juliette Denny explica que la eficacia del microlearning radica en el mundo de la ciencia cognitiva. “Nuestro cerebro tiene dificultades para absorber una sobrecarga de información, lo que lleva a memorizar y por último a olvidar. El ‘efecto esparcimiento’ combate esto al espaciar estratégicamente el aprendizaje a lo largo del tiempo. Los datos se procesan, se consolidan y se comprenden con mayor profundidad”, resumió en un informe reciente.
Un estudio de Edapp subrayó que esta técnica tiene grandes beneficios en la empresa: el aprendizaje es un 300% más veloz, el compromiso con el curso aumenta en un 50% y los costos se reducen a la mitad. Si bien la metodología no supone ninguna dificultad, sí existe una serie de pasos a tener en cuenta antes de su aplicación:
El microlearning evita interrumpir la productividad de una compañía al no “suspender” el flujo de trabajo con una capacitación extensa. A través de su formato en línea, cada colaborador podrá dedicarle al contenido el momento que crea conveniente y en menos de 15 minutos por bloque.
Esta técnica ofrece un aprendizaje enfocado y directo que mejora la atención en hasta un 50% a comparación de métodos tradicionales. El contenido se fija con facilidad y es probable que se aplique en el entorno laboral más rápidamente, ya que aprender pasa a ser parte de la rutina diaria del empleado.
Por otro lado, el microlearning resulta positivo para quienes dictan la capacitación: no solo se adapta a diferentes estilos y combina técnicas como infografías, videos, ‘quizzes’ o incluso podcast, sino que permite un desarrollo y una actualización rápida del material del curso.
Implementar el microlearning reduce la sobrecarga cognitiva que pueden generar las sesiones de capacitación tradicionales e impacta en la cultura organizacional. La metodología fomenta una mentalidad de aprendizaje continuo donde los colaboradores actualizan sus conocimientos y habilidades de manera constante, aumentando la motivación y satisfacción laborales.
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