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Cómo preparar a las empresas para lo inesperado: capacitación en resiliencia

Escrito por Intelego | Aug 6, 2025 5:30:00 PM

Ser una empresa resiliente no sólosolo mitiga el impacto de las crisis, sino que refuerza la confianza interna, fomenta el compromiso del equipo y fortalece la cultura organizacional.

La resiliencia dentro de las empresas dejó de ser una cualidad deseable para transformarse en una verdadera necesidad. Las crisis económicas, los desastres naturales, las pandemias y hasta los crecimientos repentinos ponen a prueba la capacidad de respuesta de las compañías. Hoy no alcanza solo con tener buenos planes. Las empresas tienen que estar listas para lo que venga, incluso cuando no se lo ven venir.

 

La resiliencia es un músculo que se entrena

Cuando hablamos de resiliencia en las empresas, nos referimos a la capacidad de adaptarse con rapidez a circunstancias cambiantes y mantener la operación en funcionamiento ante situaciones de incertidumbre para salir fortalecidos ante estas crisis. 

Un informe de McKinsey reveló un claro ejemplo de esto. Las empresas más resilientes durante la crisis financiera de 2008 fueron un 20% más rentables que sus competidoras. Esta ventaja creció hasta cerca del 50% entre el periodo comprendido entre 2009-2011 y se aceleró al 120% durante el periodo de estabilidad entre 2011 y 2017. 

Por otro lado, el mismo documento detalló que durante la pandemia del COVID-19, las compañías con mejores capacidades de adaptación tuvieron un 10% más de rentabilidad que sus competidores. Y, con el correr de los meses, se recuperaron hasta en un 50% más rápido que el promedio.

La resiliencia no se improvisa. Se diseña, se planifica y se entrena. Y su desarrollo debe estar vinculado a la cultura de la organización y a su estrategia de formación de skills.

 

El impacto del cambio inesperado y cómo enfrentarlo

No todos los cambios pueden anticiparse. Una crisis global puede desestabilizar por completo las operaciones, pero las empresas resilientes tienen la capacidad de adaptarse y transformarse durante el proceso. Gracias a esto, pueden tomar decisiones acertadas bajo presión para mitigar los efectos negativos que una crisis puede acarrear.

En América Latina, donde el contexto económico y político suele ser más volátil, la capacidad de respuesta rápida es muy importante para la continuidad de las operaciones. Un informe regional de Boston Consulting Group indicó que el 85% de las empresas latinoamericanas aumentó su inversión en transformación digital luego de la pandemia como parte de una estrategia para ganar resiliencia.

También es importante tener en cuenta las reacciones emocionales de los colaboradores frente a un cambio inesperado. Algunos estudios señalan que ante escenarios de incertidumbre, pueden aparecer síntomas como:

  • Ansiedad
  • Resistencia pasiva
  • Pérdida de motivación 
  • Conflictos interpersonales. 

Estas respuestas afectan directamente el clima laboral y la productividad, y por eso deben ser abordadas desde la gestión del cambio y la contención emocional.

 

Las claves para construir una cultura resiliente

Las empresas no nacen resilientes, se vuelven resilientes. Y ese proceso empieza con la capacitación. Cuando los equipos adquieren soft skills están mucho mejor preparados para enfrentar lo que venga. No se trata de hacer un curso aislado o una charla motivacional, sino que hablamos de construir una cultura de aprendizaje que prepare a cada persona para adaptarse a los momentos de incertidumbre.

El desarrollo de estas habilidades, sumado a una estrategia clara de formación, le da la posibilidad a los colaboradores de entender el impacto de su rol en la compañía en contextos críticos. 

Las empresas que atraviesan cambios sin perder su rumbo tienen elementos en común. Algunas de las estrategias más efectivas para desarrollar la resiliencia son:

Liderazgo resiliente

Los líderes que inspiran confianza y comunican con claridad, promueven una visión compartida para guiar a sus equipos en tiempos de incertidumbre. Un liderazgo que se basa en la escucha activa y la empatía es uno de los pilares de la resiliencia en las empresas.

Comunicación efectiva y transparente

El silencio genera incertidumbre durante una crisis. Por este motivo, es de vital importancia mantener a todos los colaboradores informados y abrir canales para el intercambio de opiniones. Una buena estrategia de comunicación interna puede mejorar considerablemente la productividad en contextos adversos.

Capacitación y actualización de skills

No se puede esperar que los equipos respondan bien ante lo inesperado si no cuentan con las herramientas necesarias. Invertir en capacitaciones enfocadas en pensamiento crítico y toma de decisiones bajo presión va a ser fundamental para fortalecer la preparación tanto individual como colectiva.

Cultura de aprendizaje 

El error no debe ser castigado, sino aprovechado como fuente de aprendizaje. Fomentar una cultura en donde los equipos compartan conocimientos y se adapten a nuevas formas de trabajo, aumenta la velocidad de recuperación ante crisis.

Flexibilidad 

Los modelos de trabajo híbridos y las estructuras menos jerárquicas hacen posible que la reacción ante escenarios complejos sea más rápida y coordinada. Esta es una de las demandas centrales de las nuevas generaciones y un factor que mejora la retención de talento.

Redes de apoyo internas

Los equipos que se sienten contenidos durante una crisis cometen menos errores y tiene la capacidad de adaptarse con mayor facilidad. Generar espacios seguros para el intercambio de ideas mejora la cohesión y, por ende, también la resiliencia dentro de una empresa.

Visión a largo plazo

Es clave el desarrollo de una visión a largo plazo. Esto implica entender que la resiliencia no solo se activa en momentos de crisis, sino que debe formar parte de la estrategia de cualquier tipo de empresa. Está comprobado que las compañías ganan una ventaja competitiva con respecto a sus rivales debido a que dejaron de pensar en respuestas reactivas y pasaron a una lógica preventiva. 

 

Beneficios de ser una empresa resiliente

  • Mayor agilidad para adaptarse a cambios inesperados.
  • Reducción del estrés y mejora del clima laboral.
  • Disminución del ausentismo y la rotación de personal.
  • Mejor respuesta ante crisis logísticas, tecnológicas o económicas.
  • Incremento en la confianza de clientes e inversores.
  • Fortalecimiento de la marca empleadora.

Si quieres que tu empresa esté lista para enfrentar los desafíos del presente y del futuro, contáctate con el equipo de Intelego. Nuestros programas de capacitación están diseñados a medida para impulsar la resiliencia y la adaptabilidad en todos los niveles de tu compañía.