Cómo la implementación de estas tecnologías permite a las organizaciones crear experiencias de aprendizaje más dinámicas y adaptadas a las necesidades de cada colaborador.
Las empresas que están comprometidas con el desarrollo de talentos tienen la oportunidad y la responsabilidad de explorar formas para crear modos de aprendizaje más accesibles e inclusivos. Por este motivo, la aparición de nuevas tecnologías como la Realidad Aumentada (AR) y la Realidad Virtual (VR) ha marcado un antes y un después en la forma en que las organizaciones pueden innovar en la impartición de cursos de capacitación.
A pesar de que a veces se utilizan como sinónimos, AR y VR son herramientas distintas y con diferentes aplicaciones, aunque son complementarias. Ambas pueden ser utilizadas para fortalecer las estrategias de inclusión y, con ello, permitirle a más personas, acceder a experiencias de formación personalizadas y dinámicas, sin importar sus capacidades o limitaciones.
La realidad aumentada (AR) es una tecnología que permite superponer información digital sobre el entorno físico. A través de dispositivos como smartphones o gafas inteligentes, es posible añadir elementos visuales, sonoros o textuales a lo que ya estamos viendo. Esto permite, por ejemplo, que un colaborador apunte la cámara de su celular hacia una máquina y, en tiempo real, acceda en pantalla a instrucciones de uso o advertencias preventivas que facilitan su trabajo y reducen errores.
Por otro lado, la realidad virtual (VR) crea un entorno completamente digital que sustituye al mundo físico y en el que el usuario se sumerge mediante un visor especializado. A diferencia de la AR, aquí el learner se desconecta del entorno real para interactuar en un espacio simulado donde puede realizar prácticas complejas sin riesgos: desde una intervención quirúrgica, hasta la operación de maquinaria pesada o el ensayo de conversaciones difíciles. Esta inmersión controlada abre nuevas posibilidades para aprender haciendo, con un nivel de realismo y seguridad sin precedentes.
Con frecuencia, los programas de formación tradicionales excluyen de forma indirecta a personas con diferentes tipos de discapacidad, ya sea sensorial, cognitiva o motriz. Esto ocurre porque muchas metodologías heredadas no contemplan las barreras invisibles que enfrentan estos colaboradores en su día a día laboral. Según Forbes México, derribar estos obstáculos es un paso esencial para avanzar hacia una inclusión auténtica.
En este sentido, la inclusión no se trata únicamente de incorporar personas con discapacidad a la nómina ni de redactar políticas de diversidad. La verdadera inclusión se construye desde la experiencia cotidiana, en cada interacción, en cada proceso. Y es precisamente en los espacios de capacitación donde pueden generarse cambios significativos, promoviendo una cultura organizacional más empática, equitativa y accesible para todos.
Es aquí donde AR y VR hacen la diferencia debido a que son sistemas que pueden ser personalizables. La aplicación de estas tecnologías abre la puerta para que los cursos de capacitación sean una experiencia universal, ya que permiten ajustar el contenido y modificar el formato en el que se presenta la información, ya sea visual, auditiva o interactiva.
Según una encuesta de PwC sobre negocios, el 51% de las empresas ya implementó estas nuevas tecnologías inmersivas como parte de su estrategia de capacitación. Además, un 34% afirmó que esta innovación es más efectiva para desarrollar habilidades en comparación con los métodos tradicionales.
Incorporar estas herramientas en los procesos de formación impulsa el engagement, disminuye la rotación de personal y acorta los tiempos de instrucción. Y si hablamos de inclusión, permite pensar en formatos que se puedan adaptar a los diferentes estilos de aprendizaje, algo que resulta indispensable a la hora de formar un equipo.
Lo importante en todos los procesos de transformación no es solo contar con la tecnología necesaria, sino saber como aplicarla. Estos son algunos pasos a tener en cuenta:
Estas son algunas de las formas en las que se pueden aplicar AR y VR en los cursos de capacitación para que sean más inclusivos:
Las tecnologías AR y VR:
Si bien los desafíos se pueden reducir con una implementación planificada y acompañada por expertos, estos son los retos más comunes que representa la adopción de AR y VR:
En Intelego, aplicamos realidad virtual para recrear escenarios complejos como la gestión de conflictos o la operación de maquinaria, brindando a los usuarios la posibilidad de aprender a través de la experiencia directa, sin enfrentar riesgos reales. Esta estrategia no solo facilita una mayor retención del conocimiento, sino que también refuerza la confianza de los colaboradores, sin importar sus capacidades o limitaciones.
Si estás buscando avanzar hacia una capacitación más inclusiva, estamos aquí para acompañarte. Creamos programas a la medida que integran tecnologías como la realidad aumentada o la realidad virtual, siempre desde una perspectiva práctica y centrada en las personas. Contáctanos y demos juntos el siguiente paso hacia una formación más accesible y transformadora.