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Estrategias para generar resiliencia y flexibilidad en las organizaciones

Estrategias para generar resiliencia y flexibilidad en las organizaciones

¿Por qué es importante que una empresa sea resiliente y flexible frente a los cambios? ¿Qué significa la resiliencia a nivel organizacional? En el artículo, algunas claves y estrategias para potenciar tu empresa en un contexto altamente dinámico y competitivo.

La era digital y la llegada casi permanente del trabajo remoto después de 2020, han obligado a las empresas a adaptarse a distintos cambios y adversidades. Las organizaciones debieron dejar atrás cualquier tipo de esquema rígido para dar paso a una mayor flexibilidad en su estructura. 

Un informe de LinkedIn titulado “La reinvención de la cultura empresarial” pone el foco en cómo la llegada al mercado de los millennials y centennials ha cambiado permanentemente la dinámica del entorno en el que se desenvuelven las compañías: hoy, los trabajadores exigen mayor flexibilidad laboral y apuntan a realizar sus tareas desde cualquier sitio y horario. 

De acuerdo al estudio, desde 2019 hay un 83% más de anuncios de empleo que mencionan la flexibilidad laboral. Además, se realizan un 343% más de alusiones a la flexibilidad en las publicaciones de las empresas desde ese mismo año y las interacciones cuando el anuncio la menciona son un 35% más elevadas.

En un contexto tan cambiante y con tendencias que son cada vez más claras, las empresas deben trabajar en ganar resiliencia -concepto que ganó peso con el correr de los años- y mejorar su flexibilidad. 

 

Resiliencia organizacional: ¿qué es?

A nivel empresarial, la resiliencia es la capacidad de afrontar con flexibilidad y tolerancia situaciones límites y sobreponerse a las adversidades. Además de superar los obstáculos, el concepto indica que la organización sale del conflicto fortalecido y con el poder de potenciar sus capacidades.

La resiliencia implica reestructurar los recursos disponibles de una compañía en función de distintas circunstancias y nuevas necesidades. Una organización resiliente tiene seguridad durante el proceso de cambio, gestiona las consecuencias del mismo y tiene la capacidad de modificar sus estructuras. 

A nivel mundial existen una serie de pautas que ayudan a crear una cultura resiliente y que están basadas en la palabra ‘S.U.P.E.R.V.I.V.I.R.’.

  1. Ser proactivo: parte de la resiliencia radica en no esperar a que las crisis golpeen a la organización, sino que promueve la capacidad de anticipar los cambios para adaptarse rápidamente a ellos. 
  1. Unidad: fomentar la variedad de ideas y perspectivas permitirá tener distintos puntos de vista para resolver problemas a nivel estructural y organizacional. A mayor diversidad, mayor capacidad de adaptación a los obstáculos.
  1. Promover la cooperación: las autoridades de las compañías deben propiciar un ambiente colaborativo donde se fomente el trabajo en equipo. La cooperación entre pares facilita nuevas ideas y el intercambio permite llegar a soluciones más eficientes frente a los problemas que se puedan presentar.
  1. Empoderamiento: los jefes de las empresas pueden apoyar a los colaboradores brindándoles autonomía para tomar decisiones importantes. Esta ‘cultura de confianza’ genera seguridad para asumir riesgos y aprender de posibles errores.
  1. Resistencia: es la capacidad de mantenerse firme frente a los obstáculos y la adversidad. Esta cualidad, mental y emocional, es vital en momentos de crisis donde lo importante es no tomar decisiones apresuradas.
  1. Visión a largo plazo: no enfocarse en los resultados inmediatos y tener en claro los objetivos a largo plazo permitirá desarrollar una perspectiva más amplia con toma de decisiones que promuevan la capacidad de adaptación.
  1. Innovación: impulsar la cultura de la innovación y estar al tanto de las últimas tendencias da mayor adaptación a cambios del entorno a nivel tecnológico o estructural.
  1. Valorar el aprendizaje: más allá de las dificultades y los tiempos difíciles, reconocer la relevancia del aprendizaje en la organización fomenta el desarrollo de habilidades de los colaboradores y ayuda a aprender de experiencias pasadas.
  1. Integración tecnológica: la tecnología es cada vez más avanzada y sus cambios pueden mejorar la eficiencia de una empresa. Integrar herramientas digitales y nuevas soluciones ayuda a aprovechar nuevas oportunidades.
  1. Reconocimiento: en momentos complejos, valorar el esfuerzo de los trabajadores mediante el reconocimiento de sus logros y con apoyo emocional mantiene la motivación y la resiliencia en el grupo.

Estas claves que se desprenden de ‘S.U.P.E.R.V.I.V.I.R.’ impulsan la resiliencia en una organización y ponen el foco en la capacidad de adaptación a los cambios y en la flexibilidad necesaria en un entorno altamente dinámico.

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Cómo construir resiliencia y flexibilidad

Si bien los diez pasos mencionados anteriormente dan un panorama general de cómo actuar para ser más resilientes, existen algunas estrategias para trabajar la resiliencia y la flexibilidad organizacional.

El primer paso es contar con un liderazgo efectivo que impulse el apoyo entre colaboradores para fomentar la creación de lazos en la organización. Una manera útil de crear conexión entre los directivos y el personal es tener una comunicación vertical y horizontal equilibrada: esto creará un mayor vínculo entre los trabajadores y sus líderes y sumará distintas perspectivas y visiones.

En tiempos de transición o de crisis, los directivos resilientes tienen que asumir la responsabilidad personal de involucrar a los colaboradores para proteger sus intereses y a sus equipos de trabajo. 

La comunicación directa y efectiva es el segundo paso para construir resiliencia: tras manifestar apoyo a los trabajadores, es vital asegurarse de promover la transparencia y fomentar la comunicación sobre las decisiones tomadas de cara a la superación de un obstáculo.

El tercer punto a considerar es contar con comunidades de trabajo seguras y conectadas. Construir un entorno social en el que los colaboradores sepan que tienen el apoyo de sus compañeros y sus líderes frente a una crisis brinda contención y crea conexión entre pares.

La resiliencia es llevada a cabo en parte por la adopción de procesos, procedimientos y políticas de orden y eficiencia por parte del personal. En este sentido, cabe resaltar a la gestión del conocimiento como el cuarto punto a tener en cuenta: muchas veces las organizaciones no logran integrar las innovaciones y los resultados no son los esperados.

Informarse, conocer y saber cómo implementar cambios, como los tecnológicos, facilita los procesos. En este punto es primordial que se comparta información entre el personal sobre las funciones y responsabilidades de cada herramienta o nueva visión adquirida, siempre de forma transparente y clara.

Por último, la colaboración y responsabilidad surgen como dos pilares claves. Después de la emergencia sanitaria de 2020, muchas compañías implementaron el trabajo remoto y este llegó para quedarse (aunque algunas empresas decidan retomar la oficina por algunos días). El home office pasó de ser algo ocasional a un punto a considerar por muchos aspirantes a un nuevo puesto. 

La mayor parte de las empresas pudieron adaptar sus recursos en pos de esta “nueva normalidad” que se instaló a nivel mundial. Gracias a la resiliencia y a la capacidad de ser flexibles, organizaciones de todo tipo cambiaron su punto de vista en este tópico y eso requirió de la colaboración y la responsabilidad de todos los empleados: aumentar la cooperación y el intercambio de ideas e información no solo genera lazos sino que ayuda a llevar adelante el día a día de una empresa.

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Beneficios de la resiliencia organizacional

Evitar la rigidez y adoptar una postura dinámica y flexible frente a los cambios fomenta la resiliencia, que produce cambios visibles en la empresa, que se hacen notar en el vínculo de los empleados con sus líderes, en la toma de decisiones y en las tareas del día a día.

Una compañía resiliente es capaz de crear y adaptar estructuras, ya que cuenta con un proceso de toma de decisiones preciso y oportuno que le permite operar con sistemas integrados. Al mismo tiempo, puede proveer seguridad para mitigar cualquier tipo de riesgo que pueda surgir de un cambio.

Atravesar una transformación profunda es un factor que puede producir estrés y ansiedad en los equipos de trabajo. Al buscar la resiliencia organizacional, el líder apunta a generar conexión y a llevar seguridad a todos los colaboradores al escuchar sus dudas e inquietudes. Por último, cabe destacar que una organización de este tipo invierte en infraestructuras físicas y digitales para volverse más adaptable frente a posibles cambios a corto y largo plazo.

En un contexto tan competitivo y cambiante es importante tomar medidas para no quedarse atrás. ¿Cuál es el punto de partida para lograr la resiliencia y la flexibilidad? Las capacitaciones. Llevar a cabo una sólida formación que se adapte a los tiempos y la actividad de la compañía será fundamental para adquirir estas skills claves para estas épocas de cambio. 

Empresas especializadas como Intelego, proporcionan soluciones de crecimiento y desarrollo profesional que les permiten a las empresas ser más resilientes y flexibles. Los programas están diseñados a medida para impulsar a tu empresa al éxito considerando tus metas y objetivos. 

De esta manera, con los caminos de aprendizajes encaminados, las organizaciones estarán listas para el desarrollo de su negocio… sea cual sea el contexto.

En Intelego nos comprometemos a proporcionar soluciones de formación que aborden las demandas del contexto empresarial actual. A través de nuestros programas, podrás acceder a capacitaciones del más alto nivel para invertir en tus colaboradores. Conoce más en link.

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