¿Cómo combinar métodos de capacitación para maximizar resultados?

Cursos presenciales solo si es necesario 

En el pasado, la formación presencial en oficinas y aulas era la gran (o muchas veces única) estrategia respecto a los métodos de capacitación de una empresa.

Pero con el confinamiento entre 2020 y 2021, los gastos y planificaciones fueron demandantes para empresas que no contaban con otros métodos de capacitación más allá de los espacios físicos, incluso varios equipados únicamente para este propósito. Actualmente, este esquema de formación puede ser una opción menos deseable por algunos aspectos. 

El costo de contratar a instructores para acudir a oficinas, quizá en varias ocasiones para cubrir toda la plantilla laboral, puede ser alto. A esto se le suma la coordinación que se requiere para acomodar los cursos en horarios y días convenientes, de acuerdo con las cargas de trabajo. 

Si es una empresa con gran número de colaboradores, reunirlos —especialmente si residen a lo largo del país— llevaría a considerar gastos de traslados, hospedaje y una logística compleja. También la duración de cursos, su periodicidad y fechas de inicio y fin, pueden retrasar los proyectos que la empresa ha establecido como metas. 

Por eso se recomienda usar este modelo solo cuando existan grandes beneficios, como el caso de demostraciones o trabajos grupales que requieren de la enseñanza in situ en oficinas, como el manejo de cierto equipo o flujos de trabajo. 

E-learning, aprovecha la tecnología para capacitar

La pandemia de la COVID-19 impulsó hasta en un 300% la adquisición cursos online, de acuerdo con datos como los de Antonia Segura, Country Manager de Crehana México, al convertirse casi en la única opción para enseñar vía remota.

Métodos de capacitación como el e-learning o el coaching virtual pueden ser usados por empresas que desean formar a un numeroso grupo de colaboradores o incluso toda la plantilla laboral. 

Esta modalidad es una opción ideal cuando los objetivos de la capacitación son de carácter formativo, ya que se privilegia la enseñanza de conocimientos teóricos y de interés para el flujo de trabajo en la empresa más que el desarrollo de habilidades (lo cual implica más tiempo y esfuerzo). 

Entre las ventajas de estos métodos de capacitación está una mayor interacción a partir de foros, chats y otras herramientas, la detección y atención de necesidades particulares en ciertos colaboradores, una mayor disciplina y organización al tratarse de una enseñanza muchas veces autodidacta, y el uso de nuevas tecnologías como videos, audios y sitios digitales donde el colaborador incluso puede acceder sin necesidad de una clase establecida. 

Sin embargo, entre sus desventajas se encuentran las distracciones que pueda provocar el estar en el hogar u otro espacio, el grado de conocimiento tecnológico que el empleado debe tener al momento de usar una herramienta digital, los problemas de conectividad que imposibiliten tomar un curso, y las extensiones de cada núcleo formativo. Es importante fijar una fecha límite para que los colaboradores terminen en tiempo y forma con su capacitación. 

VILT, conecta a las personas desde cualquier lugar

Como se mencionó anteriormente, la migración de un entorno presencial a lo virtual derivado de la pandemia transformó las dinámicas de oficinas y empresas con el objetivo de salvaguardar la salud de los empleados, por lo que se adoptaron esquemas híbridos o totalmente remotos para laborar. 

Una de las opciones que se pueden implementar es la capacitación virtual dirigida por un instructor (VILT). 

Con este método, aunque la plantilla laboral trabaje a distancia, se puede tener la experiencia de asistir a una sesión formativa en grupo, trabajar en colaboración y bajo la guía de un instructor que enseña y contesta preguntas en tiempo real.